Los secretos de un perfume de alta costura

CAPÍTULO #2

LOS SECRETOS DE UN PERFUME DE ALTA COSTURA

DEL CREADOR AL DISEÑADOR

Cuando Classique vio la luz, en 1993, Jean Paul Gaultier ya era uno de los grandes nombres del prêt-à-porter, pero aún no había empezado a forjar su propia historia en el mundo de la alta costura. Recién en 1997 lanzó su primera colección, que recibió una gran acogida del público y de los profesionales de la moda. No obstante, el anhelo de lograr la excelencia le venía rondando desde muchos años antes y hoy vemos, con claridad, que Classique fue su primer gesto de alta costura, pues esta fragancia y su estuche son el fruto de la exigencia y la ambición de un gran diseñador.

CON UN CORSÉ, ¡POR SUPUESTO!

Para Jean Paul Gaultier, la fragancia Classique debía seducir y revelar toda su personalidad a primera vista. Por eso, el diseñador hizo lo que mejor sabía hacer: vestirla. Con un corsé, ¡por supuesto! Diez años después de aparecer por primera vez en una de sus colecciones, este lanzamiento fue la consagración para la pieza icónica del enfant terrible de la moda. Fascinado desde niño por la estética y la historia de esta prenda, descifró sus códigos y la reinventó hasta el punto de asociarla a su nombre para siempre.

Con Jean Paul Gaultier, el corsé se liberó de su función opresora para convertirse en un símbolo de liberación que se exhibe con orgullo y sensualidad. Con un corsé Gaultier, Madonna se consagró como icono popular y símbolo sexual. Pero confeccionar un corsé de vidrio no era una tarea fácil. Para alimentar su imperiosa pasión por la moda, Jean Paul Gaultier desplegó una excelencia que suele estar reservada a la alta costura.

ALTA PERFUMERÍA

Si nos adentramos tras las bambalinas de la creación de Classique, veremos en acción la excepcional maestría francesa. Porque la creación de este frasco no supuso solo una revolución estética, sino una auténtica proeza técnica.

Como en la alta costura, aquí no podía haber nada imposible. Jean Paul Gaultier tenía ideas y deseos muy precisos, e imaginaba el famoso busto como un placer para todos los sentidos, sin ningún límite. No importaba que el vidrio fuera un material caprichoso, las curvas debían ser sensuales, redondeadas. Era preciso lograr colores empolvados que contribuyeran a la ilusión de un corsé satinado. Además, la sensación al tacto debía ser carnal, sorprendente. El desafío parecía una locura. Sin embargo, gracias a la excelencia de la industria francesa del vidrio, el frasco que había soñado Jean Paul Gaultier se hizo realidad.

EL LUJO PARA TODAS

En sus colecciones de moda, a Jean Paul Gaultier le encanta mezclar géneros: lo masculino y lo femenino, la burguesía y los punks, lo tradicional y lo ultramoderno… ¡E hizo lo mismo con su primera fragancia! Así, sorprendió a todos cuando decidió presentar su lujosa creación... ¡en una lata de conservas! Y no era la primera vez que reinventaba ese objeto.

Precursor de lo que, años más tarde, se llamaría “suprarreciclaje”, Jean Paul Gaultier ya había transformado ese banal cilindro metálico en preciosas joyas y accesorios de noche que exhibió en sus primeros desfiles de moda. Al elegir la lata de conservas como estuche para su perfume, transgredió con osadía los códigos del lujo, para convertirlo en un placer accesible a todas y a todos. Con esta ironía, tan provocadora como exquisita, Jean Paul Gaultier consiguió enamorar al mundo entero, y su primer perfume se volvió un clásico.

ETERNAMENTE A LA MODA

Treinta años después de su lanzamiento, Classique sigue cosechando el mismo éxito y continúa expresando su amor por la moda. A esta fragancia atemporal le fascina renovar su vestuario. Al ritmo de las colecciones evento de la Maison Gaultier o del lanzamiento de las nuevas versiones de su esencia, el legendario busto multiplica los estilos de su vestuario en versiones efímeras.

¡Es un auténtico desfile de moda! Ya hemos visto a este perfume vestido, en diferentes ocasiones, con una piel de redecilla tatuada, con un corsé de resplandeciente purpurina, con un abrigado plumífero, con el ineludible body morphing tan querido por la Casa Gaultier, con una camiseta marinera que luce los colores del arcoíris y sus mensajes de orgulloso compromiso, y también con encajes, punto, grafitis, oro… o simplemente con un collar de flores estivales. Pero cuidado: a Classique le encanta cambiar de apariencia, pero eso no significa que se aburra, sino todo lo contrario. Es que le gusta parecerse a las personas para las que Jean Paul Gaultier creó esta fragancia: todas las mujeres.